Mantener una relación de pareja, es como mantener un buen guiso: siempre a fuego lento. Este es el verdadero secreto para una vida feliz, plena y duradera junto a nuestra pareja. La clave está en mantener todo el tiempo la llama encendida, y no estamos hablando solamente de la llama de la pasión en la cama, sino que nos referimos a la llama del enamoramiento que ambos sintieron la primera vez que se conocieron.
Poder sustentar encendida esta llama nos determina cuán interesados estamos en la relación y qué esfuerzos hacemos para mantenerla. Para hacerlo, hay que ir añadiendo troncos y madera de a poco, paulatinamente solo, como dijimos, para intentar dejar la llama siempre encendida. Los pequeños detalles son los troncos. Los pequeños detalles son los responsables de hacer que la pareja siga estable, siga con vida a través del tiempo. Cocinar, limpiar y hacer tareas que normalmente hace la otra persona, son excelentes maneras de demostrar sacrificio por la relación.
Organizar salidas inesperadas, preparar la cena y decorar con algunas velas el ambiente, dejar la tina lista para cuando la otra persona llegue y se pueda dar un baño relajante, etc. Estos son otros detalles que pueden hacer un bonito gesto con nuestra otra media naranja.
Hacer y tener gestos sin una intención de fondo, sin luego andar recriminando, es la clave para salvar una relación, matrimonio, noviazgo o convivencia (porque vamos, si cada vez que se discute se hecha en cara todo lo que se hizo…no sirve de mucho que lo hagamos, si solo lo hacemos para luego pasar factura). El gesto siempre tiene que ser de forma desinteresada, sin pedir nada a cambio. No os preocupéis que si vuestra pareja sabe apreciarlo, las recompensas llegan solas.